Unas empujan a otras, en un rincón está la mas callada,
se esconde tras la mayúscula para no ponerse colorada.
Todas quieren destacarse y sin darse cuenta se abrazan, porque una sola de ellas sin las demás no hace nada.
Una historia de sirenas, otras de un barco pirata, algunas dan miedo...¡y eso que las palabras no ladran!
Ellas muy traviesas se acobijan en mi almohada. Me las llevo como un canto al dormir y no sé qué pasa, las veo en sueños, danzando y en voz alta.
Esas palabras se unieron y de no decir nada, gritaron tan fuerte que me sentí espantada, cuando reconocí mis latidos que ellas provocaban.
Cada palabra vive en mi recuerdo, ahora que me imaginaba cada escena que en él retrataban.
Cada vez que veo un libro, las palabras me llaman, me invitan al abismo de no saber de qué se trata.
Regala siempre un libro, y regalarás un abrazo de palabras, latirán con el sonido de cada letra encantada.
Fuente: Marie Martínez.
Ilustración web.
