Un consejo simple para pensar es que como adulto, tú eres responsable de hacer que el niño sienta que el contacto contigo es divertido, positivo y algo que anhelar.
Es más fácil hacer esto al no hacer preguntas verbales al niño.
Evite interrogar al niño, como lo haremos con gusto los adultos. Hacemos tantas preguntas a los niños, que nunca haríamos con un adulto.
Decir cosas en lugar de pedir mucho.
Encuentra actividades donde no tengas que hablar. Si el niño está viendo una película cuando te acercas, siéntate junto a él y mira. O saca un libro y dile que ahora leerás para él.
Jugar a la memoria es genial para hacerlo sin hablar.
Cuando el niño siente que no hay ningún requisito, puede atreverse a hablar.
RECUERDA SER EL AMIGO DEL NIÑO, NO ES MAESTRO.
FUENTE: (kit.se) Carina Engström- Especialista en MS- Suecia
Adaptación al español por Marie Martínez.