07 noviembre, 2018
Beneficios físicos y emocionales para los niños al tocar la flauta
Según los expertos cuanto antes comiencen a relacionarse con el entorno musical mejor para estimular su desarrollo intelectual, sensorial, emocional y también físico.
En edades tempranas se puede ir introduciendo en forma de juego relacionando la música y el movimiento y en torno a los 5 años los niños pueden empezar a utilizar por ejemplo la flauta dulce, ideal como primer instrumento, ya que no pesa, es manejable a la hora de tocarla, se puede transportar con facilidad y su limpieza y mantenimiento es sencillo.
Beneficios cognitivos .
1. Mejora las habilidades cognitivas del niño ya que estimula su memoria.
2. Aumenta su coeficiente intelectual.
3. Desarrolla su capacidad matemática, ya que el niño tiene que contar notas y ritmos
4. Mejora su capacidad lectora y de comprensión.
5. Se incrementa la capacidad de concentración ya que tienen que pensar en la nota, su ritmo, su duración, y cómo interpretarla.
6. Tocar un instrumento ayuda también al niño a mejorar su entonación.
7. La interpretación de las partituras le beneficia a la hora de aprender otros idiomas.
Beneficios físicos de tocar la flauta en la infancia
- Tocar la flauta estimula las partes del cerebro que controlan las habilidades motoras, intelectuales, auditivas, sensoriales y del habla. Además mejora la coordinación y motricidad de los dedos-mano-ojo del niño al leer la partitura, traducirla e interpretarla en la flauta.
- El sistema respiratorio del niño también presenta una importante mejora ya que aprenden a expulsar el aire correcto e incrementan la oxigenación del organismo sin darse cuenta. Al tocar este instrumento el niño tonifica además sus pulmones.
- Tocar la flauta mejora también la inteligencia espacial del niño y contribuye a estimular su expresión corporal.
Benficios emocionales para el niño cuando toca la flauta
Pero la flauta no sólo aporta beneficios físicos a los niños. También emocionales:
- Les ayuda a aumentar su sensibilidad artística.
- Desarrollan empatía con los demás, ya que tienen que escucharse a sí mismos y a los demás.
- Adquieren mayor responsabilidad y disciplina ya que requiere tiempo y esfuerzo para ensayar las partituras, y además tienen que cuidar del instrumento.
- Mejora su autoestima cuando ven su evolución.
- Aumenta sus habilidades sociales y de equipo cuando tocan en grupo.
- Disminuye su miedo escénico.
- Ayuda a los niños a aliviar tensión y estrés, resultando de gran ayuda por ejemplo en caso de trastornos como el autismo o la depresión.
Fuente: Cristina González Hernando de Guiainfantil
Edición de Marie Martínez.