10 agosto, 2019

DIFERENCIAS ENTRE TEA (AUTISMO) Y TDAH ( TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN E HIPERACTIVIDAD)

Dificultad para poner atención a las personas. Estar en constante movimiento. Invadir el espacio personal, no entender bien las señales sociales y tener crisis emocionales. Todo esto pueden ser signos, tanto de TDAH, como de TEA (AUTISMO). Y las dos condiciones pueden presentarse al mismo tiempo.

Los síntomas del autismo, también llamado “trastorno del espectro autista” (TEA, por su siglas en inglés), pueden variar en intensidad. Mientras que el TDAH (también conocido como TDA o por sus siglas en inglés ADHD) no es un trastorno que tiene un espectro, puede generar al igual que el autismo una variedad de síntomas. Y cada síntoma puede causar una gama de dificultades de un niño a otro. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el TDAH y el AUTISMO?

Aquí se indica algunas de las diferencias más importantes entre ambas condiciones.

¿QUÉ ES?

TDAH:

Una condición a nivel del neurodesarrollo que dificulta que los chicos se concentren, pongan atención, permanezcan sentados y controlen su impulsividad.

AUTISMO:

Una gama de condiciones del desarrollo neurológico que causan problemas con las habilidades sociales, la comunicación y el pensamiento. Los comportamientos repetitivos también son parte del trastorno del espectro autista (ASD, por sus siglas en inglés).

SEÑALES QUE PUEDE OBSERVAR DE FORMA GENERAL:

TDAH:

Parece olvidadizo, se distrae con facilidad o sueña despierto.

Parece que no escucha y tiene dificultad para seguir indicaciones.

Es propenso a berrinches y crisis emocionales debido a la falta de control de los impulsos o a la frustración.

Tiene problemas con la organización y para terminar tareas.

Le cuesta perseverar en una tarea, a menos que la disfrute mucho.

Tiene problemas con las habilidades sociales.

Le cuesta permanecer sentado durante las actividades que así lo requieren, como a la hora de comer o en la escuela durante el tiempo de trabajo independiente.

Le es difícil esperar su turno y ser paciente.

Está constantemente “en movimiento” o inquieto, y agarra y juguetea con todo lo que está a su alcance.

Interrumpe a las personas, dice cosas inapropiadas sin pensar y puede que tenga problemas con las señales no verbales.

Actúa sin pensar y puede que no entienda la consecuencias de sus actos.

Puede que reaccione excesivamente a estímulos sensoriales, como la forma en que suenan, huelen, saben o se sienten las cosas.

Juega con brusquedad y es arriesgado físicamente.

AUTISMO:

Evita contacto visual y/o contacto físico.

Tiene un retraso en el lenguaje (o no habla) o repite frases continuamente.

Es propenso a tener crisis emocionales debido a dificultades del procesamiento sensorial, la ansiedad, la frustración o dificultades de comunicación.

Se molesta con los cambios en la rutina.

Tiene problemas con las habilidades sociales.

Utiliza en exceso movimientos corporales para tranquilizarse (como dar palmadas, balancearse).

Tiene intereses obsesivos y manifiesta perseveración.

Está en constante movimiento o inquieto, y agarra y juguetea con todo lo que esté a su alcance.

Verbalmente es muy avanzado, pero tiene problemas con las señales no verbales.

Tiene dificultad para entender los sentimientos de otras personas y los propios.

Reacciona con intensidad a la forma como suenan, huelen, saben, lucen o se sienten las cosas (dificultades del procesamiento sensorial).

Tiene problemas para estar consciente del peligro y ponerse a salvo.

POSIBLE IMPACTO SOCIAL Y EMOCIONAL:

TDAH:

Tener dificultad para respetar las reglas sociales puede ser un obstáculo para hacer y mantener amigos. Frecuentes comentarios negativos por su mal comportamiento o por no poner atención pueden afectar su autoestima y la motivación, causando que un niño crea que es “malo” o “no es bueno” (lea más acerca del TDAH y las emociones).

AUTISMO:

Las principales dificultades del ASD involucran el entendimiento de las situaciones sociales, la comunicación y las rutinas o comportamientos repetitivos. A muchos chicos con ASD, incluso aquellos sin problemas cognitivos importantes, les cuesta hacer amigos, entender cómo relacionarse con otras personas y comprender el significado de las señales sociales.

PROFESIONALES QUE PUEDEN AYUDAR:

TDAH:

Los pediatras, neurólogos, pediatras del desarrollo y el comportamiento, enfermeros especializados y psiquiatras infantiles: Diagnostican el TDAH y prescriben medicamentos. También pueden diagnosticar otros problemas como la ansiedad.

Psicólogos clínicos infantiles: Ofrecen terapia conductual para enseñar a los niños a controlar sus actos e interacciones. Ofrecen terapia cognitivo-conductual para ayudar con problemas emocionales relacionados con el TDAH. Diagnostican el TDAH y problemas de salud mental que puedan coexistir, como la ansiedad. También pueden determinar si existen dificultades de aprendizaje.

Pediatras neuropsicólogos: Diagnostican el TDAH y problemas mentales comunes que pueden coexistir. También pueden evaluar si existen dificultades de aprendizaje.

Terapeutas educativos y entrenadores organizativos: Trabajan en habilidades organizativas y de administración de tiempo.

AUTISMO:

Los pediatras, neurólogos, pediatras del desarrollo y el comportamiento, psiquiatras infantiles y psicólogos: Identifican posibles señales de autismo y pueden diagnosticarlo. También pueden referir a servicios de intervención temprana.

Los psicólogos clínicos infantiles y trabajadores sociales: Proporcionan terapia o capacitación en habilidades sociales para ayudar a los chicos a mejorar sus interacciones sociales. Ofrecen terapia cognitivo-conductual para ayudar con las dificultades emocionales relacionadas con el autismo. Diagnostican otras condiciones que pueden coexistir con el autismo, incluyendo el TDAH. También pueden evaluar las dificultades del aprendizaje.

Los pediatras neuropsicólogos: Diagnostican el autismo y condiciones comunes que pueden coexistir, como la ansiedad y el TDAH. Pueden prescribir medicamentos si son necesarios.

Terapeutas ocupacionales: Enseñan a los chicos habilidades para enfrentar situaciones difíciles. Proveen terapia de integración sensorial o una dieta sensorial que ayude a los chicos a responder a la estimulación sensorial de maneras más adecuadas.

Terapeutas del habla: Trabajan con el habla y el lenguaje y con las habilidades pragmáticas del lenguaje para ayudar a los chicos a comunicarse y a entender a los otros más fácilmente.

CÓMO PUEDE AYUDAR LA ESCUELA:

TDAH:

Un niño podría ser elegible para un IEP bajo la categoría de “otro impedimento de salud”. Las adaptaciones también pueden ser proporcionadas a través de un plan 504. Los ejemplos podrían incluir:

Sentarse cerca del maestro alejado de las distracciones.

Trabajar en un lugar silencioso para terminar sus deberes sin distracciones.

Una señal, pista no verbal o una tarjeta con imagen para llamar la atención del niño.

Ayuda dividiendo las tareas largas en partes más pequeñas.

Horarios escritos o visuales de las actividades diarias.

Lapsos de tiempo para que se mueva.

AUTISMO:

Un niño podría ser elegible para un IEP bajo la categoría de “autismo”. Pueden ofrecerle educación especial junto con adaptaciones. Son muy específicas para cada niño y algunos ejemplos incluyen:

Sentarse cerca del maestro y de los materiales de la clase.

Trabajar en un lugar de trabajo con pocas distracciones auditivas y visuales.

Apoyos visuales y codificación por color para resaltar y enseñar nueva información.

Una dieta sensorial y actividades a lo largo del día.

Usar relatos sociales para presentar nuevas ideas y situaciones.

Ofrecer opciones para disminuir la ansiedad.

Ofrecer “tiempo de espera”.

CÓMO AYUDAR DESDE EL HOGAR:

TDAH:

Fijar reglas y expectativas claras para su hijo.

Crear rutinas diarias que proporcionen estructura.

Dividir las instrucciones y las tareas en partes más pequeñas.

Enseñar a su hijo a usar apoyos visuales como listas de revisión, horarios con imágenes y notas adheribles que lo ayuden a enfocarse, a permanecer organizado y terminar las cosas que empieza.

Flexibilidad cuando hace la tarea escolar permitiéndole descansos mentales y para que se mueva.

Crear un área organizada de estudio y de tareas.

Notificar con anticipación los cambios en el horario y explicar qué se espera de él en situaciones nuevas.

AUTISMO:

Fijar expectativas claras y crear rutinas diarias.

Dividir las instrucciones en pasos y usar apoyos visuales.

Tener un plan para controlar las crisis emocionales.

Usar un temporizador visual o una señal para facilitar la transición de una cosa a la siguiente.

Jugar a los roles y enseñar guiones para situaciones sociales.

Estos son algunos ejemplos comunes. Pero debido a que el TEA luce muy diferente en cada niño, el apoyo ofrecido en el hogar varía mucho de un niño a otro. A menudo los padres trabajan con un psicólogo u otros especialistas clínicos para crear un plan de apoyo.

FUENTE: UNDERSTOOD ORG - Herramientas para la familia- EEUU.
Amanda Morin - maestra y especialista de intervención temprana durante 10 años. Es la autora de The Everything Parent’s Guide to Special Education. Dos de sus hijos tienen dificultades de aprendizaje.
Revisado por
Elizabeth Harstad- pediatra del desarrollo conductual en Boston Children’s Hospital.
Edición de Marie Martínez mutismoselectivo-textos.blogs