En todos los espacios, mientras tengamos como responsabilidad el cuidado de un niño, tenemos poder en influir en sus emociones y pensamientos, no solo a través de nuestras reacciones sinó también con las palabras.
Debemos aprender a reaccionar adecuadamente y a poner en palabras positividad, confianza y sobretodo calma. Un niño que sufre ansiedad, necesita de un ambiente calmo y personas que lo rodeen de paciencia, tranquilidad y seguridad.
Texto Marie Martínez.